Es tan obstinado como profundamente espiritual; sensible; intuitivo; franco; dinaacute;mico; audaz; independiente e intolerante y se revela como un tiacute;mido sin remedio. Sus fans lo consideran un artista genial y eacute;l sabe que es asiacute; por las cantidades que vende cada uno de sus discos; y por las copias piratas que aparecen en todo el mundo. Al momento de la publicacioacute;n de este libro; tiene treinta y siete antilde;os; es vegetariano; fuma hachiacute;s y estaacute; a favor de la legalizacioacute;n de las drogas. Lleva siete antilde;os ldquo;en solitariordquo;; y veintidoacute;s en el mundo de la muacute;sica. Es uno de los cantautores que maacute;s poleacute;mica ha desatado en todo el mundo y los hay que lo aman con un fanatismo que raya con la insensatez y los hay que lo odian furiosamente. Pero a nadie le resulta indiferente. En sus uacute;ltimas declaraciones manifiesta querer ldquo;abarcar menos y apretar maacute;srdquo; y se enfada cada vez que alguien le recuerda a los Heacute;roes del Silencio. Nacioacute; en Zaragoza y desde la adolescencia se da de patadas con el sistema; con este mundo postindustrial globalizado y lo cuestiona en las letras de sus canciones. No tiene idea de cuaacute;l es el significado de la palabra rutina; queacute; es una regla y para queacute; sirven los horarios. Su necesidad de libertad y expansioacute;n son el combustible que alimenta su extraordinaria creatividad. Se pinta las untilde;as y le interesa un pimiento la heterosexualidad. Anda por ahiacute;; con su petate y un sombrero vaquero que lo hace inconfundible. Si viviera otra vida; querriacute;a reencarnarse en Lao Tseacute;. Ama la tierra azteca casi tanto como aborrece las banderas. Sus canciones se saltaron las fronteras; y no soacute;lo las fiacute;sicas; sino las del idioma: sus fans viven en Alemania; Suiza o los Estados Unidos. En Buenos Aires; su primer concierto fue en un pequentilde;o cafeacute;. El uacute;ltimo; llenoacute; uno de los mayores teatros de la ciudad. Se llama Enrique Ortiz de Landaacute;zuri Izardui; pero prefiere usar la maacute;scara de Enrique Bunbury y eacute;sta ndash;sentilde;oras y sentilde;ores; amigos; parientes y vecinosndash;; es una biografiacute;a no autorizada de su persona.
#1235527 in eBooks 2012-12-05 2012-12-05File Name: B00AIR20TY
Review
3 of 3 people found the following review helpful. From the InsideBy J. PlannetteJoseph McBride has brought out an amazing amount of inside information from Howard Hawks; about writing and directing movies. Hawks is a no nonsense guy and he tells it like it is. You learn so much about John Ford and John Wayne that comes from an intimate relationship with both. Ford and Hawks admit to "stealing" from each other in a completely good-natured way.If you love movies as I do; you wont be able to out it down.1 of 1 people found the following review helpful. Hawks is worth the readBy J. WilliamsFabulous read! I like a lot of old Hollywood Director bios and this one is near perfect as an autobio as it consists of tapes of QAs with Hawks. He was an extraordinary fellow whose accomplishments transcend the world of film. Entertaining and straightforward and just about right in terms of length.1 of 1 people found the following review helpful. indispensableBy Joseph E. GreenWhen he wasnt hanging out with Louis Armstrong or Hoagy Carmichael; hunting with Clark Gable and William Faulkner; or punching Ernest Hemingway; Howard Hawks was making some of the greatest pictures of the 20th century. Joseph McBrides book gets insights from Hawks into Marilyn Monroe; Bogie and Bacall; the French critics who adopted him; and the nature of storytelling itself. HAWKS ON HAWKS is an indispensable part of any film students library and a joy to read.